La sociedad actual está sometida a profundos y a rápidos cambios y los conflictos tienen más que nunca, un papel protagonista. Valores cada vez más predominantes, como el individualismo, el inconformismo, la inestabilidad, la inmediatez o la incertidumbre hacen de la sociedad un entramado de redes y relaciones cada vez más complejas. Resulta, por tanto,  inconcebible la vida sin disputas.

El conflicto, surja en el contexto que surja, se caracteriza por una serie de elementos, se desglosa en diferentes tipologías, se produce en distintas fases… El estudio y análisis de todos estos contenidos permite un mejor conocimiento de los desacuerdos y desavenencias que a día de hoy acontecen, pero también es fundamental ser conscientes del componente emocional que tiñe todos y cada uno de los conflictos. Emociones y sentimientos impregnan de un importante potencial a las relaciones humanas, también a las que se encuentran en una situación de conflicto.

El contenido emocional se presenta como un elemento subjetivo y como una respuesta ante un determinado hecho, por ello es un aspecto esencial a tener en cuenta, dado que las emociones y los sentimientos también forman parte de la naturaleza humana y siempre están presentes, con mayor o menor intensidad, en un proceso de mediación.

La mediación se manifiesta como una herramienta capaz de generar cambios y acciones positivas, de una forma participativa y transformadora, caracterizada por el protagonismo de las partes implicadas. El profesional de la mediación adopta un papel neutral e imparcial y conduce y guía el proceso a través de las técnicas específicas, asistiendo a cada una de las personas inmersas en el conflicto a transitar por el mismo de una forma constructiva, por medio del diálogo, la empatía y la cooperación.

El concepto de mediación tiene diferentes acepciones y formas de aplicación según el contexto en el que se produzca: familia, comunidad, empresa, escuela… En todos estos ámbitos cabe la posibilidad de iniciar una mediación, siempre que exista voluntariedad y libertad y se cumplan unos mínimos normativos y éticos que no menoscaben ninguno de los principios de la disciplina ni vulneren los derechos de las partes y/o terceros no presentes. La mediación adoptará una metodología y un enfoque propios dependiendo del contexto de aplicación; la duración del proceso, algunas técnicas y herramientas y los objetivos, pueden variar de un ámbito de aplicación a otro, pero en esencia, la mediación en su generalidad, persigue la gestión de los conflictos y la transformación de las relaciones humanas, con la meta final de implantar una cultura de paz en la sociedad.

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Mediación: ámbitos y técnicas de aplicación

Ana Isabel Rodríguez Cordero y Bárbara Gusi Alcalde

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