EL PAPEL DE LA MEDIACIÓN EN LA CRISIS ECONÓMICA
Como ya venimos viendo el conflicto es un elemento inherente en las relaciones humanas y las familias no viven, ni mucho menos, ajenas al mismo, si bien es cierto, la familia es el contexto menos deseable para que un conflicto de lugar a la división entre perdedores y vencedores. Por ello, la Mediación se muestra como una herramienta alternativa para la gestión y transformación de conflictos familiares aún en tiempos de crisis.
La crisis económica ha provocado que surjan nuevos conflictos familiares a causa del dinero en los que la mediación puede jugar un papel clave.
En estos últimos años, hemos sido testigos de la crisis económica y laboral y hemos comprobado cómo el conflicto familiar ha adquirido nuevas formas más complejas. Asimismo, podemos decir que, dado que los aspectos económicos y patrimoniales son cuestiones imprescindibles a tratar en sesión de mediación, el proceso de gestión de conflictos también se puede ver dificultado, optándose en muchas ocasiones por alternativas condicionadas por la precariedad económica de las familias.
A continuación detallamos algunas de las nuevas situaciones que un profesional de la mediación puede encontrarse:
- Parejas que acuden a mediación para romper su relación sentimental, manteniendo la convivencia, debido a la falta de ingresos para costear una segunda vivienda.
- Aumento de los acuerdos temporales para un determinado periodo de dificultad económica que espera poder resolverse.
- Padres y madres ya separados que solicitan mediación para revisar y ajustar la pensión de alimentos de sus hijos y/u otros gastos procedentes, por ejemplo, de actividades extraescolares, seguros médicos privados, etc.
- Padres y madres que por pluriemplearse se ven obligados a reestructurar los tiempos compartidos con sus hijos/as (régimen de visitas).
- Hijos e hijas de padres separados que una vez emancipados han de retornar a uno de los hogares familiares debido a la situación de desempleo y a la falta de ingresos económicos. Esto requerirá nuevos acuerdos para reestructurar la convivencia familiar.
- Ampliar nuestra visión e intervención a la familia extensa, fundamentalmente a los abuelos y abuelas, que muy frecuentemente sostienen con sus pensiones a la familia nuclear.
Estas son algunas de las nuevas realidades familiares que todo mediador/a debe conocer para llevar a cabo su ejercicio profesional de forma flexible, justa y responsable. Es evidente que la crisis económica y laboral que atravesamos está teniendo un impacto significativo en las familias y en la tipología de sus conflictos. Los profesionales del ámbito de la Mediación han de adaptarse a estas nuevas, teniendo en cuenta no solo las circunstancias económicas, sino también el aumento en los niveles de estrés, ansiedad y angustia derivados con los que las personas acuden a sesión. Facilitar la expresión de estos sentimientos, canalizarlos y favorecer que ambas partes se entiendan mutuamente, será la labor fundamental del mediador/a, pues de esta manera creará el contexto adecuado para tratar cuestiones tan arduas como la nueva economía familiar.
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