EDUCACIÓN SOCIAL, UNA PROFESIÓN AL ALZA

Cada vez son más los estudiantes que se animan cada curso a matricularse en un grado en Educación Social en nuestras universidades. Lo hacen atraídos por su plan de estudios multidisciplinar que incorpora asignaturas de psicología, pedagogía, sociología y antropología, por la intervención social que podrán desarrollar cuando comience su vida laboral y por las variadas salidas profesionales que estos estudios les proporcionan.

Un trabajador social debe ser empático, con capacidad para trabajar en equipo y formación especializada para distinguirse de otros profesionales

¿Qué es un educador social?

Es el profesional que se encarga que apoyar y proteger a personas en riesgo de exclusión social. Su trabajo no se centra en cuidarlas y mantenerlas en una burbuja de protección, sino en crear los canales necesarios para su plena integración en la sociedad en la que viven. Uno de los aspectos más enriquecedores de esta profesión es que trabajarán con ciudadanos de perfiles muy diferentes: personas sin recursos, discapacitados, personas en situación de dependencia, sin hogar… Cada uno de ellos requerirán un tipo de intervención diferente y un abordaje de su problemática adaptada a cada caso.

¿Cómo debe ser un buen educador social?

Trabajar con personas de toda clase y con todo tipo de problemas exige un altísimo grado de empatía en los educadores y las educadoras sociales, pero además debe envolver su trabajo con:

  • Estabilidad emocional. Te costará no “llevarte el trabajo a casa” y convertir los problemas de otros en tuyos propios pero es muy importante que establezcas ciertas distancias. Implicarte en cada caso y permitir que la experiencia te mejore como persona y profesional, sí; dejar que te afecte de forma negativa no es recomendable.
  • Capacidad de cooperación. Un educador o una educadora social no desarrolla su trabajo en solitario, suele hacerlo apoyado en psicólogostrabajadores socialescentros de servicios sociales, médicos… Entre todos construyen un equipo volcado en ayudar a colectivos especialmente vulnerables que deben trabajar unidos y en perfecta sintonía para que la intervención que desarrollan sea lo más efectiva posible.
  • Comunicación y dinamismo. Cuando queremos ayudar a alguien necesitamos que esa persona “se vacíe” con nosotros, que nos cuente todo lo que requiere, cómo ha acabado en esta situación, cuáles son sus miedos e inquietudes. Difícilmente lo conseguiremos si nos mostramos como personas introvertidas, poco dadas a la conversación y empáticas.
  • Capacidad de adaptación. El trabajo social nos obliga a desarrollar nuestra labor en situaciones de lo más variopintas, no solo por el tipo de personas a las que ayudemos, sino también por los entornos en que se encontrarán, por los recursos de que dispondremos… Un buen educador o educadora social debe ser como un camaleón y adaptarse a cualquier contexto.

Salidas profesionales para un educador social

Cuando termines tus estudios en Educación Social sentirás que estás listo para cambiar el mundo a golpe de intervención social. Es posible que tu experiencia diaria te lleve después a darte cuenta de que la especialización es fundamental en una profesión como esta.
Estas son algunas de las salidas profesionales a las que podrás optar.

  1. Educador de niños y adolescentes. Son víctimas especialmente vulnerables de nuestra sociedad y se enfrentan, a pesar de su corta edad, a todo tipo de conflictos: violencia de género en el hogar, acoso escolar o por internet, desarraigo… Por no hablar de los que discapacitados.
  2. Técnico de servicios comunitarios. Suelen desarrollar su labor asociados a los servicios sociales de los municipios y se encargan de tareas tan variadas como acompañamiento de personas en situación de dependencia, supervisión de pisos tutelados, talleres de terapia ocupacional…
  3. Asistente social. Se encarga de gestionar todos los recursos de su departamento y tiene a su cargo, por lo general y siempre que los recortes lo permitan, varios profesionales relacionados con el Trabajo Social. Su gran reto será conseguir abordar la mayor cantidad de problemas posibles.
  4. Educador en centros penitenciarios. Su labor es fundamental para la reinserción social de los presos.
  5. Asesor en violencia machista. Las víctimas serán quienes más ayuda requieran, pero también sus hijos y los propios agresores si queremos que cejen en este mal de la sociedad actual.

En iFIS Educación podrás especializarte en muchas de estas materias para convertirte en un profesional mucho más capaz:

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