EL CENTRO DE SERVICIOS SOCIALES, EN BUENAS MANOS

Ayudan a decenas o centenares de personas todos los días, gestionan recursos escasos en la mayoría de los casos, procuran escuchar los problemas y necesidades de todos y todas y hacen verdaderos malabares para intentar llegar a todas partes. Los trabajadores de centros de servicios sociales se enfrentan en su trabajo diario a la necesidad de solventar ingentes necesidades con recursos cada vez más limitados. Al frente de todos ellos se sitúa el director o la directora del centro de servicios sociales, el máximo responsable del mismo y quien intenta que todos los platillos se mantengan en el aire en perfecto equilibrio. Un profesional comprometido, empático y, sobre todo, bien formado.

El director o la directora de un centro de servicios sociales debe ser un profesional formado, responsable, empático, con capacidad analítica y de resolución de conflictos.

Qué requisitos debe reunir un director o directora de un centro de servicios sociales

La ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia, conocida popularmente como Ley de Dependencia, establece los requisitos formativos mínimos que debe poseer una persona para optar a la dirección de un centro de servicios sociales. En ella se explicita que los criterios comunes de acreditación son:

  • Ser diplomado universitario de grado medio en titulaciones preferentemente de las ciencias humanas o sociales y las sanitarias.
  • De no contar con esta titulación, puede acreditarse con experiencia laboral en el sector de al menos tres años.
  • En ambos casos debe contarse con formación especializada en el sector sociosanitario -dependencia, discapacidad, geriatría, gerontología, dirección de centros…

Estos requisitos son los mínimos exigidos en todo el territorio nacional. Además de ellos, cada Comunidad Autónoma puede añadir las que considere necesarias. Por ejemplo, en la Comunidad de Madrid se exige que se inscriban en el Registro de Directores si realizan su actividad en su territorio para lo que se requiere haber realizado las acciones formativas habilitantes para desarrollar las funciones de director, homologadas por la consejería de servicios sociales, y no encontrarse sancionado, con carácter firme, por cualquiera de las Administraciones Públicas.

Qué hace un director o directora de un centro de servicios sociales

Las labores del responsable de la dirección de un centro de servicios sociales podrían englobarse en tres categorías:

  1. De organización. De él o ella dependerá el reparto de todos los recursos del centro: económicos, logísticos, humanos… Será quien tomará la última decisión sobre cómo se reparte el presupuesto, para qué se dedica cada euro de él, que profesional se encargará de cada caso, cuántas personas podrán atenderse para ajustarse a esos medios, qué sectores merecerán especial atención… Para ello es importante que conozca bien las necesidades de la zona en la que se encuentra su centro (cada localidad e incluso cada barrio pueden tener necesidades distintas según el tipo de población que viva en ella) y contar con una enorme capacidad de análisis y adaptación a los cambios que vayan surgiendo a lo largo del ejercicio.
  2. De coordinación. En un centro de servicios sociales se desarrollan muchísimas actividades, desde la mera limpieza del mismo a los talleres ocupacionales que imparta, las asistencias a domicilio, los servicios de asistencia psicológica y acompañamiento… El director o la directora del centro deberá conocerlos todos y coordinarlos para que todo funcione como un reloj. El fallo en cualquiera de estos departamentos puede causar un problema serio en la calidad de nuestra asistencia.
  3. De administración. Implícita en las dos anteriores. Él o ella sabrá cuánto se gasta en cada cosa que se haga y deberá ser tremendamente responsable para no malgastar ni un euro y ecuánime para atender todas las necesidades por igual.

Todo ello hace que el director o la directora de un centro de servicios sociales deba ser un profesional versátil, capaz de resolver problemas y tomar decisiones de forma ágil y eficaz; planificar y coordinar; establecer las relaciones interpersonales de forma positiva y optimizar los recursos humanos. Además, deberá motivar a su equipo, escucharlo y tener en cuenta sus opiniones pues, en ocasiones, la enorme responsabilidad que recae sobre sus hombros puede hacer que se aleje de las necesidades de a pie, una perspectiva que nunca debemos perder cuando trabajamos en servicios sociales.

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