El bullying es ya un problema real en las escuelas españolas. Los casos de acoso escolar han llegado a crecer más de un 75% en los últimos años, una cifra que, por grande que parezca, sería aún más abultada si todos los escolares que sufren insultos, burlas, robos o agresiones se atrevieran a denunciarlo.
Detectarlo en sus primeras fases y trabajar tanto con la víctima como con el agresor es fundamental para frenar el acoso y conseguir que ambos alumnos superen la situación.
Se estima que los casos de acoso escolar han aumentado un 75% en los últimos años.
Cómo se manifiesta el bullying
No es fácil darse cuenta de que nuestro hijo están siendo víctima de acoso escolar. Los niños suelen tapar la actitud de sus compañeros, que casi siempre se comportan en grupo amparados por el resto para cometer todo tipo de agresiones y vejaciones sobre la víctima.
No obstante, sí hay algunas señales que podría hacernos sospechar que algo no va bien en clase:
- Manifiesta que no quiere ir al colegio de forma recurrente y usando todo tipo de excusas: me duele la tripa, no he dormido bien, tengo ganas de vomitar…
- Sufre alteraciones en sus hábitos alimentarios. Es igual de posible que pierda el apetito como que coma compulsivamente, también que coma y después vomite.
- No consigue descansar bien, tienen dificultades para conciliar el sueño, se despierta con frecuencia, tiene pesadillas…
- Llega a casa con sus cosas rotas o sin alguna de sus pertenencias y se justifica diciendo que las ha perdido.
- Empieza a tener problemas en su rendimiento escolar, con los deberes y los exámenes.
- Tiene cambios de humor bruscos y frecuentes.
- Puede tener regresiones en su desarrollo como volver a mojar la cama cuando ya controlaba los esfínteres.
Claves para enfrentarse al bullying
La confianza es fundamental para afrontar cualquier situación de la educación de nuestros hijos. Tener una comunicación cercana y fluida ayuda a que los niños nos perciban como adultos a los que pueden contarles cualquier cosa que nos pase. No trivialices con sus problemas por insignificantes que te parezcan, hazle ver que te preocupa y esfuérzate en ayudarle. Solo así se sentirá seguro para contarte que tiene problemas con los compañeros de clase.
Si consigues que te confiese lo que le ocurre, algo que no siempre es fácil y que puede llevaros mucho tiempo, habla con su colegio para saber si los profesores han notado algo e iniciar los protocolos necesarios para identificar a los acosadores y acabar con esta actitud. Las consejerías de Educación de las Comunidades Autónomas cuentan con un estricto código de actuación en esta materia que debéis respetar. Es mejor que no intentes contactar con el acosador ni con sus padres, pues podríais empeorar la situación. Además, la terapia psicológica puede ayudarle a saber controlar la ansiedad, los miedos y la angustia que le genera este tipo de situaciones.
Y si tu hijo es quien está cometiendo los abusos, es fundamental escucharle e intentar descubrir por qué actúa así, no enfadarse y seguir los consejos de la dirección del colegio. Exprésale lo que te entristece esta situación y tu buena disposición a ayudarle. Además, ofrécele ayuda psicológica para que supere el problema.
La intervención de un mediador, que trabaje en conjunto con el colegio y las familias, puede resultar también muy útil. Fórmate con nuestro curso de ‘Mediación: ámbitos y técnicas de aplicación’.