Presentamos un curso de Intervención en salud mental que parte de la idea de poder analizar la praxis en salud mental desde una perspectiva holística, que permita integrar los diferentes elementos que se ponen en juego en la relación terapéutica y en el complejo entramado de los sistemas de atención a la salud mental.

Busca el propósito de resignificar la responsabilidad colectiva en la búsqueda de comunidades mentalmente más sanas.

Cuestiones troncales para una atención en salud mental dignificante para las personas en atención y coherente de los sistemas hechos para la ciudadanía que los soportan.

Faltan espacios para la integración de los diferentes saberes que den lugar a una visión de ayuda y facilitadora hacia la recuperación, tanto de la persona con sufrimiento mental como de los sistemas en los que se desenvuelve su vida.

Esta formación aspira a un recorrido amplio, iniciándose una mirada micro hacia la persona, partiendo de la visión y el recorrido histórico que se ha llevado a cabo durante el tiempo, aquello que se ha ido generando a lo largo del tiempo, para llegar hacia una visión en primera persona.

Resulta fundamental entender la relación de la persona con su entorno, identificar qué elementos inhiben o potencian una salud mental de los sistemas familiares.

Y a su vez, mostrar una praxis que comprenda la necesaria intervención con la comunidad, dotando a las acciones que se lleven a cabo de una perspectiva contextual e histórica que se aleje de explicaciones reduccionistas sobre el sufrimiento mental. Pretendemos analizar el sentido que tiene en nuestra sociedad la práctica clínica cotidiana, sometiendo a dichas pautas a un proceso de cuestionamiento crítico que nos permita ir más allá de lo normativamente impuesto. Impregnar nuestro quehacer rutinario de una reflexividad que dote de una verdadera consistencia y significado al enfoque participativo al que aspira la ciencia social, huyendo de modas o de prácticas vacías de contenido. En este camino analizaremos qué factores sociales están afectando a la salud mental de las comunidades y qué herramientas podemos desplegar para minimizar su impacto y ahondaremos en la idea de interseccionalidad, abogando por una apuesta firme a la integración de lo diverso y la aceptación de la diferencia como vía de aprendizaje. qué valores éticos deben protegerse que se asienten en los derechos humanos de las personas. De manera transversal, dotaremos al alumno del conocimiento necesario para adquirir una conciencia ética que ayude en la problematización del respeto hacia los derechos humanos de las personas en situación de vulnerabilidad, así como en la búsqueda de herramientas que faciliten su dignificación y defensa, constituyendo este proceso de reconstrucción el verdadero pilar del ejercicio de una ciudadanía plena.

Dar voz a los protagonistas es el reto, explorar cómo se favorecen espacios inclusivos para lograr un sentido de pertenencia comunitario, cómo se articula el saber profano en la transformación colectiva a través de la generación de canales de participación real de todos los implicados.

El curso finaliza con la apuesta por un diálogo entre las partes, ofreciendo a los alumnos la posibilidad de detectar puntos de conflicto sobre los que intervenir y de convergencia a promocionar. Un encuentro interdisciplinar que pretende ampliar el campo de visión de la manera en que nos asomamos a la salud mental.

 

Ana Abad y María Salazar, profesoras de Intervención en Salud Mental